Día Internacional contra el Acoso Escolar en Ámbitos Educativos

Dentro de Educación cuando hablamos de agresión entre pares lo hacemos en término de Hostigamiento o Acoso Escolar, se trata de desprendernos un poco de la categoría BULLYING, puesto que esta, parte de la noción de categorías dicotómicas de víctimas y victimarios. El BULLYING adopta una explicación de la problemática de la violencia centrada en la existencia de individuos patológicos (Sujetos violentos y sujetos pasibles de ser victimizados o víctimas en potencia). Es decir que el concepto BULLYING se posiciona desde una perspectiva que roza el delito y el derecho penal, existen algunos países donde han avanzado en regulaciones normativas que equiparan acoso escolar con delito y en consecuencia promueven la “denuncia” en las instituciones educativas. 

Desde el Sistema Educativo Argentino no se fomenta la judicialización y medicalización de la infancia ya que ambas prácticas se encuentran reñidas con la concepción del niño, niña y/o adolescente como sujeto integral de derechos. 

Es necesario cuestionar la definición de perfiles de víctimas o victimarios ya que constituyen la base para etiquetamientos que se transforman luego en “destinos inexorables”. En otras palabras se etiqueta a los adolescentes o Niños sin oportunidad de cambio. Es violento o es débil y así será siempre. Algo contrario a la realidad, puesto que son sujetos en desarrollo que pueden modificar su forma de relacionarse a través de la educación y acompañamiento no solo de la escuela sino de la familia y comunidad toda. 

Es por ello que cuando en Argentina hablamos de Hostigamiento o Acoso Escolar debemos hacerlo desde un enfoque relacional. 
La adopción del enfoque relacional para la explicación de cualquier forma de violencia, entre ellas el acoso entre pares, significa reconocer que una manifestación de violencia tiene lugar no solamente por características de las personas involucradas o por circunstancias individuales sino también por las interacciones entre los sujetos. Estas, a su vez, no se producen en el vacío sino en un determinado contexto. Los comportamientos que asumen las personas tienen relación directa con ese contexto en que ocurren las interacciones. 
No hay “víctimas” y “victimarios”. Por tratarse de niños y jóvenes, tanto quienes acosan como quienes son acosados se encuentran en situación de vulnerabilidad y hacia ambos debe dirigirse el rol de protección de los adultos. Las conductas violentas son formas de relación perjudiciales para todos los que participan, sean las personas que agreden o las que son agredidas o simplemente testigos, aunque en distinto grado y características según cada caso. 
Desde la escuela, como así también desde cualquier otro proyecto que se precie de educativo, resulta fundamental sostener una mirada que no estigmatice a los alumnos. De lo contrario, se estarían desconociendo las posibilidades de transformación de la educación en la construcción de subjetividades individuales y colectivas. 
Revisar los enfoques no es sólo un problema teórico, todo enfoque tiene su incidencia en el modo de abordaje de un problema. 
Trabajar sobre los vínculos es la mejor estrategia de prevención del acoso y de cualquier otra forma de violencia 
Apostamos al fortalecimiento del lazo social, a la promoción de la noción del otro como semejante, es decir, como alguien diferente de uno mismo pero con idénticos derechos.

No se está planteando, ingenuamente, que todos los estudiantes deben ser “amigos”, ya que no es así en la vida: cada uno elige de quién quiere ser amigo y a quién acepta como tal. Pero sí es necesario promover la comprensión y aceptación de que otros tengan afinidades, gustos, que sientan y piensen distinto, y que no obstante ello, existe la posibilidad de compartir un espacio de trabajo entre todos e incluso, llevar a cabo proyectos colectivos más allá de las diferencias personales. 

Es por ello que es importante que tanto la Escuela y las Familias trabajemos conjuntamente en el fortalecimiento del lazo social, para entender la noción del otro como semejante, es decir, como alguien diferente de uno mismo pero con idénticos derechos. Promoviendo vínculos solidarios, pluralistas y basados en el respeto mutuo, se trata de construir una escuela que integre sin caer en la homogeneización de las diferencias, se trata de articular realidades y particularidades. 



Breve Resumen realizado por EOE del Documento “Acosos entre pares- Inclusión Democrática en las escuelas-“Ministerio de Educación de la Nación, 2014